sábado, 15 de noviembre de 2014

Sinsajo

Siempre dirán que con los años cambiamos, que nuestros ojos miran al mundo de distinto color mientras pasan los días: mientras ganamos, perdemos, llegamos al abismo, y volvemos a alzarnos gloriosos... Pero a mi, me pasa todo lo contrario cuando pienso en aquella mujer, cuando pienso en cuanto la extraño, y en aquellas tardes niñas que aunque muy pocas, he pasado a su lado. cuando pienso en la desdicha que me causa despertar todos los días, lejos de aquel sueño en que la veo frente a mi con esa bufanda puesta, como en ese primer viaje que nos marco e hizo sonreír con tanta dicha. 

La recuerdo en esa mañana soleada, con su sonrisa y su cabello extraño y oscuro, del mismo modo en el que me recuerdo esa noche, abrazando y sintiendo el calor de sus brazos bajo el sol de la ciudad que se quedó inmortalizada para siempre en mi corazón.

Porque si, la recuerdo en ese preciso instante, rodeando con mis brazos y acercando su silueta a mi. justo bajo ese farol en el que me contuve a besar sus labios en aquella ocasión.

Siempre dirán que con los años cambiamos, que nuestros ojos miran al mundo de un distinto color mientras pasan los días. pero yo, no quiero que mis ojos la miren de otro color. porque cada instante, cada rayo de sol y viento gélido a su lado, han quedado, sin quererlo, grabados en mi para siempre.

y su recuerdo siempre me hace sonreír.

Dosis Diarias