miércoles, 3 de diciembre de 2014

Killari, Sombra.

Y que tal si te ofrezco mi presencia cercana a ti una tarde, una taza de te, mi calor cercándote con mis brazos frente a la imagen deslumbrante de las cúpulas y el caminar entre techos antiguos y silbidos y tarareos y cantos y ensueños, y tu, con tu cuerpo desnudo, sirviendo de lugar de reposo para mis suspiros y deseos nacidos de lo visto y no visto, de lo pensado y deseado, y de aquellos tres días completos y sinceros como ningún otro, bajo la lluvia otoñal?

Te espero, aquí, en mi fortaleza de palabras polvorientas, y espero tus palabras niñas y tiernas, tanto como siempre o como nunca, y que me digas, en esta tierra de muertos y vivos, de tus ancianos y de mis niños recuerdos, que esta vez, si vendrás para poder bailar, al fin, como nunca hemos hecho.

Dosis Diarias