sábado, 23 de julio de 2016

Luthien II

No se si a estas alturas valga de algo prometer mi presencia y prometer perdonarte y nunca juzgar sin importar que, pero mientras el tiempo pasa mis palabras cada vez son menos elegantes y cada vez mas llenas de ese algo que siempre tuve para ti, desde el primer momento.

Creo que en estos momentos la simple sensación es indescriptible; es lo poco que atino a escribir cuando trato de definir estos tiempos que como entenderás, llevan a sus cuestas la completa ausencia de mis palabras durante estos largos y tortuosos meses en los que no ha existido sino soledad en medio de la algarabía.

No sabes lo que es pensar cada noche y pedir a ese Dios que todo lo ve, que me de tal vez algún día el chance de estar contigo, que me tal vez una posibilidad remota, un aliento o un pequeño atisbo del cariño que en algún momento pensé llegarías a tenerme.

Soy un terco, y por mas que me diste razones para alejarme nunca las acepté, y quiero que entiendas desde ahora que siempre ha existido una razón que está por encima de mi eterna obstinación, una razón para acercarme de un modo en el que nunca lo hubiera hecho con nadie más, una razón para esperarte  y mantener sin tormentas un puerto al que puedas regresar, una razón que quizás con el tiempo entiendas y aceptes con la misma certeza de quien lo ha visto todo

Te confieso en algún momento llegué a pensar que nos vendían amor como una esperanza imposible, como un sueño inexistente, llegué a darme cuenta que ninguna persona jamás ama realmente a nadie, ninguna persona da nada por nadie, ninguna persona entrega por nadie, nadie sueña con nadie, nadie lucha por alguien. y entonces te recordé, y aunque no llegué a ver al final del túnel tu luz, vi la mía propia, y sobre las paredes del túnel tu sombra, y entonces comprendí que esa vaina del amor si existe, y que nunca se trató de recibirlo de tu parte, sino de estar siempre dispuesto, siempre atento, siempre disponible para cuando llegues y me pidas que olvide tu ausencia.

Mujer, solo si llegas a leer estas palabras te digo:

En ti llegué a encontrar mi hogar, y ahora, después de tantos años y de tanta espera, ya no puedo imaginar mi futuro sin ti a mi lado.

Búscame, o en algunas lunas volveré a buscarte
En el mismo pozo, en la misma fecha en la que te conocí, una y mil veces, el resto de mi vida.

Dosis Diarias