Para ti.
Hace poco encontré la ilusión del amor, y la encontré en ti, en el frio
de la capital y entre nuestros abrazos y caminatas tomados de la mano frente a
los teatros, yendo y viniendo por candelaria, y por esos rincones que solo tú
conoces y a los que solo a ti te dejé llevarme en cualquier momento.
lo sé, los arrebatos de niño pequeño son los que me hacen escribir estas
palabras; los arrebatos de alegría pura y días felices que pasé junto a ti, el
amor de niños y las ganas de estar contigo, las ganas de hacerte mi novia,
darte dos hijos, comprarte un pug, abrazarte hasta que se terminen los dígitos
de "pi", tanto más y los miles de etcéteras que se empiezan a
configurar en mi cabeza segundo tras segundo mientras pienso en que aún tienes
esa bufanda que puede hacer por un tiempo el lugar de mis brazos alrededor tuyo
en los días gélidos.
Sabes? me gustas, y no solo me gustas sino que me encantas. y me gustas
desde el primer momento, en ese segundo en el que sin saber, se cruzaron
nuestras miradas cuando salías del baño de aquella biblioteca donde minutos después,
nos conocimos.
Hasta ese momento tenía muy claro el universo romántico que quería
construir para mí, para mi mundo, para mi futuro, para mi vida entera y aún más
allá de ella. Fueron años descartando y refinando la perfección amorosa con el
fin de esperar encontrar esa mujer ideal, ese amor perfecto que había ido
construyendo con retazos de mis propias historias, a pruebas y errores, tras
muchas generaciones de caídas, y vueltas a andar.
y bueno, ¿qué puedo decir? llegaste tú, tan TU que no tenías cabida en
mi mundo, la mujer perfecta vestida de negro para ver a aquel chico tocar a la batería,
¿verdad? y yo, tan, pero tan YO que pensé que nunca cabría, no era la perfección
amorosa que yo esperaba... no estabas alineada con mis creencias, con mis
gustos, con mi modo de ver el mundo, y sin embargo, cuando caminamos por esa
calle, tu tomando mi brazo como aquellas damas en los años cuarenta me di
cuenta que el universo había empezado a conspirar para mí, para ti, para los
dos.
Hasta hoy me duele verte llorar en esa noche, pero desde ese momento te vi
frágil tras la mampara de fortaleza que llevas siempre, te vi como realmente
eres y desde entonces me encantas, me encantas mucho más allá de tu cuerpo sugestivo
y de tu sonrisa encantadora, me encantas más allá de tu cabello alborotado o
tus crespos perfectamente formados y tu vestido de puntos negros…
Me encantas, y bueno, ahora lo sabes, y me encanta de ti tu forma de ver
el mundo, tu bicicleta y tus ojos que cambian de color con el estado de ánimo
del cielo, porque aunque llevo 23 años odiando arreglar mi cuarto me he visto
en el esfuerzo de arreglar una casa entera para ti, porque me encanta el modo
en cómo me vuelvo un torpe cuando estoy contigo, porque me ganas jugando ping
pong, porque me entran ganas de algún día verte recién levantada y hacerte el
desayuno con jugo de naranja y chocolate caliente, porque eres mi polo a
tierra, porque bailas mucho mejor que yo, y así te pise los pies, intentas
seguir enseñándome a “seguir el ritmo”…
Comentarios