jueves, 27 de febrero de 2014

Chakana III

¿Cuánto es posible sostener la cordura en mi corazón antes de que bajo palabras inequívocas e implacables, explote sin clemencia?

Verás, musa de mis caminos compartidos, El infinito ha sentido mis entrañas que volaron como cuando la cadencia de tu respirar pasmado y tranquilo resopló en mis labios. Al mismísimo cielo me llevaron tus afectos; al mismísimo infierno me han descendido tus palabras mezcladas con tu ausencia. Aún me pregunto si tendré la oportunidad de apegarte con ternura a mis caminos de nuevo; la sola cuestión es un suplicio.

No hay pesadilla menos dócil que la misma que presencié en vida. Tus palabras tiernas, La forma en la que tus ojos se perdían en el vórtice de los míos, Tu respirar adormilado que escuchaba con atención mis canciones y mis historias y se reía de las mil distintas caras iguales que deja mi estado de animo, Mi ego de Príncipe de Luz y mis habilidades de Sublime negociante se perdieron cual sombras borradas por la luz. Junto con la mano que sostenía la mía por mil caminos, tu espalda cubriendo mi pecho al dormir, mi pecho cubriendo tu espalda y mis brazos apretando tus gestos, tu temperamento implacable, tus labios, tus formas, tus chakanas, tú.

La despiadada distancia, tu corazón frío como un libro cerrado, tu indiferencia inexorable, y tu sublime mezcla de ternura y frialdad aparentemente lograron sobrevivir después de tu desdichado tiempo; y me ha dejado con millones de preguntas que no sé si responder. Inhalar humo nunca me ha brindado sosiego y ahora, en el vacío, creo que ya no lo hará. la música se volvió sórdida a la cadencia de aquel violín que incluso mis ecos rechazan en agonías sublimes y hermosas. y mis letras ya no tienen firma, ni tiempo, ni razón mas aparte de la tuya. La náusea parece haberse anidado en la luna sin ti y no hice más que extrañar tu cercanía bendita. No hice más.

Sabes que no tengo mucho más que ofrecerte además de mi incondicional y estúpida y psicópata forma de amar; no tengo más que estos deseos de querer hacerte feliz estando junto a ti por el resto de mis días, y mil sueños pujantes por los que lucho cada día con la esperanza de verme a tu lado de nuevo en un futuro. Si no llega a ser suficiente; debes seguir volando tan lejos de mi como hasta ahora, y así por la eternidad hasta que te agotes y tan rápido que no pueda percibir tu presencia. Si es necesario, busca tu felicidad en donde creas que está y yo estaré alzando mil plegarias por ti y por tu bendito camino.

Te veré de nuevo, quizá esta noche mientras duerma, quizá todos los días de mi vida. Siempre estaré junto a ti, incorpóreo o presente. te esperaré, Killari.

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