martes, 7 de julio de 2009

Un mito que se desviste


Para averiguar qué tan cierto es que hay una pinta distintiva de los estudiantes de la Nacional, exploramos el ropero universitario. El cliché incentivó el encuentro de un paisaje de estéticas muy particular.


Entre 40 mil viandantes, propios y ajenos, sobresale un gorro tejido de unos 25 centímetros que deja escurrir una cabellera larga; mientras una blusa y un pantalón ceñidos por una especie de fajín envuelven una figura de tez morena. Camina entre un maremágnum, que aunque diverso, guarda la monotonía de la cultura occidental. Inconfundible, el atuendo de color crudo de este indígena Kogui parece una nota discordante, sólo confirma que a la pluralidad que alberga el campus de la Universidad Nacional, no escapa la vestimenta.

Hoy estás vestida con pinta de la nacho , sugiere alguien a su compañera de trabajo. Una anécdota que habla de la existencia de un estilo característico en el ropero de los estudiantes de la UN. ¿Qué tan cierto es ese estereotipo?, ¿se ha transformado?, ¿cómo es hoy su pinta?, ¿podría hablarse de estilos según las facultades? Estudiantes, expertos y observadores esculcan el guardarropa universitario.


La mochila, que todavía cae bien a la identidad del indígena Kogui, tres décadas atrás fue uno de los símbolos que configuraron el traje estereotipo del estudiante de la Nacional. Junto a este elemento, el saco de lana virgen representó al bohemio que imitó a los líderes de finales de los años sesenta; la boina del Ché, la barba de Fidel Castro y el cabello a la altura de los hombros de Camilo Cienfuegos. Paradójicamente, la mochila y el saco se combinaron con el jean norteamericano, pues en una visión romántica, se tomó porque reflejaba algo propio de los obreros , explica Carlos Pinzón, quien ha estudiado a la juventud desde la Antropología.


Antes que signo de la sinrazón vanidosa, la moda testimonia el poder del género humano para cambiar e inventar la propia apariencia , afirma el autor del libro El imperio de lo efímero, Gilles Lipovetsky.


Al mismo tiempo, la tendencia a la policromía, la influencia del Arte Pop en las formas no convencionales de mezclar los colores y los jeans tinturados a parches, fue parte de la herencia de Mayo del 68. El cabello muy largo, barba descuidada, representaron el look naturalizado del movimiento hippie , seguido por los jóvenes de la UN como contrapatrón del estudiante tipo James Bond , de corbata, traje de paño y bien peluqueado.

Si bien variaciones de estas dos modas persistieron sólo hasta la década del 80, este estereotipo quedó impreso en el imaginario que aún suele asociar lo hippie y lo bohemio con el aspecto de los nachos . Tras una explosión de pluralismo en la moda agenciada por la industria cultural, lo cierto es que ya no se puede identificar al estudiante de la UN por su ropa.


La facultad de lucirse:

El gel y la cartera ponen un toque de formalidad a quienes transitan por los pasillos de Economía; la camisa de cuadros o rayas, ya sea por dentro o por fuera, es una prenda frecuente en la plazoleta de Ingeniería y Matemáticas; en contraste, la falda y los colores vivos estampados rondan los talleres de Artes; en tanto a la entrada del edificio de Humanas, se agolpa una abigarrada mezcla de modas que van desde lo rasta y lo punk hasta lo grunge .


Cachuchas en días grises y bufandas en mañanas calurosas hablan de cómo éstas han perdido su uso original para convertirse en accesorios.


A pesar de que estas tendencias parecen características de ciertos espacios, no se pueden encasillar los estilos de las facultades. En ellas dominan los atuendos normales , que expertos, e incluso quienes portan una pinta muy definida, los llaman anónimos.


La forma de vestir, al igual que muchas otras manifestaciones, son un texto de las personas e incluso de los grupos , dice Fernando, un joven lingüista. Algo que se puede verificar en la formalidad que implica para los economistas el rol empresarial. El uso de tacones, pantalones de prenses y de tela, chaqueta, colores pastel elementos escasísimos en otras facultades predicen el ambiente laboral para el que se están preparando. Portafolios, cabellos engominados en ellos o cepillados en ellas y, sobre todo ropa de marca, los han hecho acreedores a la fama de ser los más ‘pupi’ de la U .


Para Óscar, estudiante de Antropología, la ropa crea ciertas lecturas erradas sobre las personas. “A mí me molesta que a la gente traten de decirle lo que es por la forma como se viste, muchos la usan como un disfraz”, dice. Sin embargo, las influencias de la música se dejan ver en algunos metaleros, punkeros y raperos, casados con la propuesta estética de sus bandas predilectas. Lo mismo sucede con estilos de vida, explícitos, por ejemplo en ciertas mujeres que usan falda de tela hindú o los cabezarrapada (skinhead).


Mientras en el movimiento hippie las variaciones en la moda eran inventadas por los jóvenes, hoy las industrias culturales las imponen. Pero los anónimos suelen resistirse a ello.


Un mechudo camina vestido de negro, exhibiendo bajo un botatubo sus punteras; una mujer luce minifalda con un pantalón debajo, un joven se para a conversar luciendo una chaqueta pequeña con ganchos de pañal y el pantalón con el ruedo hacia arriba, un estudiante lee sus copias ataviado de jean , camiseta y tenis, en fin… un inventario difícil de describir, pues en el corredor de Ciencias Humanas estalla el sincretismo de lo que los expertos llaman la estética de fin y principio de siglo, cuando hacen crisis las estéticas hegemónicas.


Contrario al prototipo nerd achacado a los ingenieros y los matemáticos, lo único que sobrevive de esa idea generalizada son las camisas a cuadros o a rayas, que ya no llevan juiciosamente por dentro del pantalón, sino abierta con una camiseta debajo. La gorra y la camiseta de un equipo de fútbol en especial de Juventus, Argentina, Manchester y Real Madrid develan su afición por este deporte , dice Andrés, de segundo semestre de Ingeniería Eléctronica.


La sensibilidad musical compartida con un grupo, lleva a los jóvenes a exteriorizar sus gustos, casi como un estilo de vida.


Lo anterior no excluye cabellos largos en los hombres, pintas góticas, pearcing y tatuajes. Desafiando las leyes de la gravedad con la ayuda del gel, los jóvenes empinan las puntas del pelo en lo que popularmente se llama peinado guanábana , identificado con el neo punk , propio de grupos como Simple Plan y Blink 182. Con este estilo convive el de los metachos (metaleros), que con frecuencia circulan en la plazoleta. Pero uno de los riesgos más grandes que puede correr una mujer en Ingeniería es usar falda, so pena de ser tildada de ‘bandida’ y objeto de una rechifla, cuenta Andrés. Sin embargo, el antropólogo Carlos Pinzón cree que los estudiantes de Ingeniería, Ciencias y Derecho son menos excéntricos, porque su modo de ver las cosas es más convencional.


A menudo los atuendos de Artes son más corrientes de lo que se cree, pero cuando son atrevidos, su excentricidad agrede hasta la retina del más liberal. Jean , camiseta, tenis, se repite invariablemente en la vestimenta de muchos, pero puede ocurrir también que las medias veladas de lana rotas, cuyo destino normalmente es la basura, se conviertan en una particular blusa, como uno de los tantos reciclajes de prendas que inventan los artistas. Igual ocurre con los usos múltiples de los accesorios, cuando una bufanda es cinturón y una correa, collar. Los sanalejos de la abuela, la tía o la mamá son un bargueño exquisito de prendas: los zapatos exóticos de la mamá, las gafas tipo mosco de la tía, los sacos del abuelo con bolsillitos adelante, cobran otro significado al ser combinados con telas sintéticas, manillas de piñata infantil y botas estampadas.


La búsqueda de una estética personal, hace que los futuros artistas transformen su guardarropa en otra pieza de originalidad. En Artes, como en toda la Universidad, se mezclan un roquero con una fresita, un rasta con un gótico, o un ‘anónimo’ con un hippie dentro de una tolerancia muy fuerte, opina Karina, estudiante de Artes.

En un campus donde impera la informalidad, la elegancia parece estar "en el lugar equivocado".


Onda NN

Seguramente usted no se siente identificado con ninguno de los anteriores estilos y es comprensible que así sea. Aunque muchas indumentarias parecen descubrir la afiliación a lo que el sociólogo Michel Maffesoli llama tribus urbanas, no son la mayoría. Así como la ropa puede dar pistas de gustos musicales y estilos de vida, otras veces los oculta. A través de las bandas, los seguidores de cierto género musical no se preocupan por verse como la industria cultural lo determina. Ocurre con las metachas: Muchas veces es más la pinta que el gusto por el metal, y a quienes realmente les gusta este género no se preocupan por hacerlo notar , indica Óscar.


En efecto, el grueso de la población estudiantil hace parte de los anónimos , que suelen ser informales en su vestir y que combinan desprevenidamente elementos de diferentes modas. El morral, el jean , los tenis, colores planos y tonos oscuros en blusas, camisas, chaquetas y zapatos son la constante de la moda universitaria, en la que prima la comodidad. No observo mucha ostentación en el vestir, todas son pintas casuales o muy sencillas; ‘discretas’ es la palabra , comenta David, un antropólogo.


Aunque el anonimato puede interpretarse como indefinición, también puede ser visto como una forma de resistirse a la moda; una elección personal más que la imposibilidad de consumir las propuestas del mercado. Allí, la funcionalidad aparece como el mayor valor de la ropa, por encima de un medio para alcanzar visibilidad social.


Las evidencias señalan que está pasado de moda hablar de una pinta de la Nacional. La mochila y el saco de lana que en una época configuraron el estereotipo, ya no tienen vigencia, y la UN exhibe hoy un paisaje policromático, donde el eclecticismo traduce la búsqueda de una estética emergente.


Autor : Paula Grisales - María Claudia Rojas

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